El papel de la selección española de balonmano en los JJOO ha cumplido con lo esperado, y Barrufet y compañía llegaron a Barajas con una medalla de bronce colgada al cuello. En cualquier caso, el camino hasta la medalla estuvo plagado de errores de bulto, tanto en los planteamientos de Juan Carlos Pastor como en la actitud (e incluso las aptitudes) de determinados jugadores.
Así las cosas, es difícil consolarse con un bronce del todo inmerecido que pone el broche de oro al ciclo de Juan Carlos Pastor al frente de la selección española de balonmano. Más de uno y más de dos aficionados pueden respirar tranquilos.
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