martes, agosto 15, 2017

Guerra civil en el Barça

Las aguas bajan revueltas en el FC Barcelona. El club está roto, institucional y deportivamente. Bartomeu y su junta están cada vez más solos. La primera plantilla, con Piqué a la cabeza, desconfía de la cúpula directiva mientras se deja seducir por los cantos de sirena de un Joan Laporta que espera en la sombra.

Laporta lleva tiempo criticando la labor de Bartomeu, pero no deja de ser un aficionado que opina, como tantos otros, sobre la deriva del club. El primero en abrir fuego fue Gerard Piqué, que eligió la rueda de prensa previa a la Supercopa de España para lanzar el siguiente dardo sobre la marcha de Neymar:
Sabía al cien por cien que se iba. Pero intenté convencerle. Pretendía que la opinión pública le hiciera cambiar de opinión. Se enfadó conmigo unas horas, pero lo arreglamos. Luego llegaron las portadas con mi tuit. Pero yo no soy ni un medio de comunicación ni portavoz de nadie. Fue un farol, pero no salió bien. [fuente]
Tanto el cuerpo técnico como la directiva trabajaron hasta el último segundo tratando de evitar lo inevitable. Neymar, consciente de que nunca iba a cobrar como Messi, buscó otro club dispuesto a bañarlo en oro. Piqué no habría dudado en informar a su amigo Laporta de las intenciones del jugador, dándole más tiempo de maniobra para fichar una alternativa a un precio razonable.

En ese contexto hay que leer las declaraciones de Pep Segura, mánager general del FC Barcelona, tras la estrepitosa derrota ante el Real Madrid, que aseguró que el error de Piqué había sido determinante.



En condiciones normales Pep Segura habría sido destituido de manera fulminante, pero la directiva tiene otras preocupaciones y tampoco les ha parecido mal el dardo a Piqué, que lo pone en el ojo del huracán. Los aficionados, en cualquier caso, están del lado del jugador, al que consideran intocable, pero Piqué ha ganado esta batalla... La guerra sigue.

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